lunes, 28 de septiembre de 2009

RECUERDOS DEL TÍO QAQA

Ya en Cochabamba, mi padre recibía la visita de su hermano menor, Luis, a quien le decía Qaqa, que en aymara quiere decir jovero, rubio, si estoy bien informado. Mi madre recordaba con simpatía al tío Lucho, que era del arma de Artillería, también militar, cuando iba a la casa de doña María Iriarte y preguntaba: ¿Está el Científico?, refiriéndose a mi padre. Ambos eran unos campeones de la buena vida y se tenían un cariño muy especial. Eran mucho más unidos entre ellos que con Jorge, el hermano que seguía a mi padre, que era el mayor.
Lucho tuvo una vida trágica: se suicidó. Contaba mi padre que lo destinaron a Oruro y estaba casado con una señora peruana muy guapa, de apellido Derteano. Un día de ésos, el tío Lucho recibió un chisme que acabó con su vida: una enfermera del hospital militar le dijo al pasar, quizá con toda su malicia: Qué pena, mi capitán, que su esposa haya perdido al bebé. El tío había estado ausente y la señora al parecer mantenía un romance con un oficial de apellido Seleme, tal vez el mismo que tuvo papel descollante en la revolución del 52. Tal fue el impacto emocional que se dirigió a su casa y se pegó un tiro. Mi padre dudaba de que se hubiera suicidado y creía que alguien le había disparado el balazo en la frente, pero todo quedó en el misterio para siempre. Fue una pérdida muy dolorosa para mi padre, que se sumaba a la enorme cantidad de muerte que lo rodeaba por todos lados.
El viejo se venía a menos porque, entre otras cosas, pertenecía al ejército, que era sometido a régimen de hambre después de haber sido destruido tras la revolución del 52. Un espectáculo triste y temprano en la casa eran los líos que le hacía mi madre cuando aparecía con su sobre del exiguo sueldo desprovisto de billetes y lleno de vales del Círculo Militar. Eran unos líos temibles que mi madre podía ahorrarse, porque vivía a cubierto de todo: mi tío al parecer enviaba dinero para su madre, la abuela Concha, y mi hermano, tras la revolución, ya era secretario privado del Presidente Paz Estenssoro y luego director del diario El Pueblo, en Cochabamba.

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