domingo, 27 de septiembre de 2009

Un día Rosy

Un día Rosy me sorprendió con una agria confidencia. Yo me había levantado de dormir la siesta y como ella salía en la vagoneta le había pedido que me acercara al periódico. Durante el recorrido no dijo una palabra, pero al llegar dijo exactamente lo que debía decir para librarse de mí: ¿No te das cuenta de que ya no siento nada? ¿Cómo? ¿Se refería a nuestra vida íntima? Me bajé con una tormenta en la cabeza, me recogí con unos tragos encima, tomé un colchón y lo llevé a la sala y me dormí. Al día siguiente la invité a almorzar al Guadalquivir y le mostré el documento de divorcio que había preparado. En el fondo quería decirle que le había dado gusto en todos sus caprichos, incluido éste. Firmó y quiso separarse de a buenas. Dijo que de todas formas nuestra vida íntima había sido intensa y placentera. ¡Pero entonces mentía! O más bien era cierto que todo se había acabado.

Sufrí mucho y toqué fondo en las peores circunstancias, pues mi vida era una confusión incluso de viviendas: había alquilado un departamento frío y oscuro que me deprimía de solo ingresar en él. Después de una semana de perdición me duché y decidí ir a mi oficina. Por entonces yo era Notario de Fe Pública. No me había acabado de secar cuando sonó el teléfono. Una voz muy agradable me decía que era el hombre más perdido del Planeta. Le propuse que nos viéramos al final de la tarde y aceptó. Era Blanca. Cuando la vi le confesé que no había comido nada y le pregunté si no se animaba a acompañarme a comer algo. Me dijo que más práctico era comprar una pizza e ir a su casa, porque la esperaba su nena. Fue un 15 de abril, lo recuerdo, porque fui a su casa y no me moví más. Así iniciaba una relación llena de sorpresas.
Los amigos eran unos jodidos. Yo había inventado con Rosy que estaba enfermo de “cirrosis”, porque todo el día me llamaba la atención y yo admitia: “Sí, Rosy”, “Sí, Rosy”. Entonces decían: “El Ramón es un gran ejemplo de rehabilitación: diez años con cirrosis y un año dedicado a la blanca, y se lo ve muy sano”.

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